miércoles, 18 de noviembre de 2009

LOS BUENOS MODALES


Los niños suelen ser un fiel reflejo de lo que ven en casa en cuanto a comportamiento y modales; sobre todo en los primeros años que apenas cuentan con otro contacto social que el de sus padres (pues aun no van al jardin de infancia). Desde ese preciso instante debemos tener cuidado con nuestro comportamiento, con nuestro lenguaje, con nuestros gestos ... los niños lo absorben todo, son como pequeñas esponjas ávidos por conocer y descubrir. Y aunque, en muchas ocasiones, no nos demos cuenta los niños están "grabando" todo lo que ven y escuchan.

Todas las enseñanzas son buenas, pero la educación es la mas importantes y necesarias para su desarrollo como persona. Un niño educado es un adulto respetuoso, tolerante y preparado para convivir con los demás. La preparación profesional es importante, para poder desarrollar un trabajo determinado y ganarse el sueldo, pero el desarrollo personal es importante para todos los órdenes de la vida, su vida social, laboral, familiar.


Ahora bien, la realidad nos hace conocer lo dura que es la fase de educación del niño. Cambiar comportamientos, conductas, insistir, remarcar, etc. es una tarea diaria, para la que nos tenemos que armar de mucha paciencia. La capacidad de aprender de los niños es muy grande, pero también son muy grandes sus ganas de hacer lo que más les gusta: saltarse las normas y hacer lo incorrecto que, generalmente, es más fácil (e incluso, divertido) que hacer lo correcto.


Hay que enseñarle a pedir las cosas por favor, a dar las gracias cuando le dan un caramelo, le deja un juguete, etc. No es fácil, pero a base de insistir se consigue. Cada vez que haga algo incorrecto hay que decirle como se hace de forma correcta, pero nunca regañarle (ya habrá tiempo para ello). No se le puede hacer que tome una actitud negativa ante este tipo de aprendizaje, pues supondría un grave handicap a la hora de tratar de enseñarle temas que le producen un fuerte rechazo.


Toma la cuchara así, o el tenedor de esta manera; no chupes el cuchillo; límpiate las manos antes de tomar el vaso para beber ... y muchas otras cuestiones que irán saliendo a lo largo de los días. Paciencia, mucha paciencia. El resultado merece la pena.


A partir de los 3 a 4 años empieza una nueva etapa en su vida, la vida social. Es fácil que a esa edad vaya al jardin de infancia, le inviten a fiestas de cumpleaños o desarrolle una vida social paralela a la de sus padres (le llevan de compras, de visita a otra casa, etc.). El niño puede poner en práctica todas las enseñanzas recibidas y aprender otras nuevas. Empiezan las alegrías. Se siente contento porque su niño se mueve bien en todos los ambientes y de una forma educada. No tiene que escuchar la temida frase: "¡Que niño más maleducado!"


En esta etapa empieza una etapa en la que irá descubriendo nuevos retos, tanto personales como sociales; y sucederá algo mucho más importante en su vida; empezará a hacer cosas en las que usted no está presente. Tendrá una cierta autonomía de comportamiento. Aquí empieza a poner en práctica todo lo que ha aprendido en casa. No obstante, tendrá siempre la vigilancia y observancia de los profesores (o debería tenerla), parte importante también en la formación no solo académica del niño, sino personal.


Todo lo que ha aprendido, con algún que otro "repaso", le sirve para desenvolverse de forma correcta en sociedad. En el colegio, en la calle, cuando va a un cumpleaños, cuando juega con otros compañeros, cuando se va de campamento, etc.


A las profesoras solo nos queda refrescarle la memoria, de vez en cuando, y enseñarle nuevos comportamientos, sobre todo sociales (en el autobús, el metro, en la calle, en un restaurante o cafetería); ceder el paso en la puerta de entrada de un establecimiento, al entrar en el ascensor, ceder un asiento en el omnibus, etc.


Con todo lo que se le ha enseñado, se puede decir que se ha preparado al niño para desenvolverse de forma socialmente correcta en todo momento, por lo que podrá ir con el a todas partes (cosa que no siempre se puede hacer con niños que no están bien educados).


Tenacidad y paciencia, son una parte importante en este tipo de enseñanza o educación. No desfallecer jamás, aunque a veces den ganas de tirar la toalla. Es por el bien del niño.